Acabo de ver una imagen en Instagram
de una activista de la campaña de Mauricio Góngora con una mujer de origen humilde
y de identidad desconocida.
En el hashtag agregan
#yosoymauriciogóngora, nada me ha parecido más indignante. Aclaro que no me
refiero a tomarse una foto con la gente humilde, sino el pretender que esta
mujer asuma que “ella es Mauricio Góngora”. Porque esta fotografía fortalece el
cinismo de la frase de campaña de este candidato.
Y lo digo porque una imagen dice
mucho más que mil palabras, en la mujer de identidad anónima se esta cargando con un rebozo a su pequeña hija. Estoy segura que ella no
tiene un iPhone, tampoco sabe que es Instagram y mucho menos sabe que es un hashtag.
Veo su rostro en la fotografía y creo que si esta mujer pudiera saber el contexto podría decir:
no, yo no soy Mauricio, yo soy resultado de un sistema que ha aumentado el número
de pobres. No, yo no soy Mauricio, yo
nunca estuve en la cárcel y si el hambre me hiciera cometer el delito de robo
para alimentar a mis hijos seguramente no tendría un padrino que eliminara mi
expediente y seguiría en prisión.
No, yo no soy Mauricio, yo he nacido y crecido en una comunidad apartada y mis
hijos no tienen posibilidad de estudiar en las mejores y más caras escuelas en
el extranjero.
No, yo no soy Mauricio, yo comencé desde cero y
sigo igual por la indiferencia del sistema. No yo no soy Mauricio, yo no puedo
celebrar el cumpleaños de mi pareja en los once Municipios derrochando el
dinero que no podré juntar en toda mi vida.
No, yo no soy Mauricio, yo no uso camionetas lujosas y mis pies están
desechos y desgastados de caminar en caminos olvidados de terracería. No, yo no soy Mauricio, yo estoy
pagando el resultado de una enorme deuda que me privará de servicios por los
próximos veinte años y no he tenido responsabilidad en ella.
No, yo no soy Mauricio, porque si me enfermo no puedo acudir a ningún hospital
privado y debo esperar la dádiva o cambiar mi voto por un medicamento.
No, yo no soy Mauricio, yo soy una mujer
honesta, sin posibilidades de luchar por una vida digna, sin comprender porque
han pasado más de 18 años y este gobierno que representa Mauricio no ha hecho nada por mejorar
mis condiciones de vida y que tampoco ha sido autocrítico y honesto para señalar a los responsables.
No, yo no soy Mauricio, porque tú si has mejorado tu nivel de vida mientras yo me hundo más en esta precaria situación.
No, yo no soy Mauricio Góngora, yo no conozco
de ropa de marcas que cuestan lo mismo que mantener a mi familia más de tres
meses. No me confundas, no comprendo porque para quienes te apoyan más redituable mantenerme en la ignominia y la
miseria para controlar mi libertad de pensamiento.
No, yo no soy Mauricio, yo vivo
en una casa sin piso ni servicios. No, yo no soy Mauricio y no quiero serlo,
quiero ser una mujer que signifique para ti y tu equipo algo más que un número
en despensas que repartir o voluntades que comprar, soy una mujer honrada que
únicamente espera que algún día, quienes tienen en sus manos el destino de esta
tierra piense menos en ellos y más en disminuir esas desigualdades, no soy como
tú y no quiero serlo, yo simplemente aspiro a tener “oportunidades”.
Esta es la impresión y lo que me
transmite en la imagen su triste mirada, quise poner las palabras que lo
representan y de alguna manera decirle (aunque comprendo que no tendría
oportunidad nunca de leerme y que es probable que no sepa hacerlo): no te preocupes somos muchos que estamos
luchando para que puedas tener las oportunidades y dignidad que te han robado y que
tal vez no lo sabes que son tu derecho porque nunca las has tenido.
Somos muchos los que este 5 de junio haremos
valer el voto por ti, para que dejes de
ser una imagen que indigne a quienes comprendemos que has sido utilizada.
Porque el problema no es la
riqueza de algunos sino la miseria de muchos. Porque el problema no es que se tomen una foto con la gente más humilde, el
problema es que les quieran hacer creer son iguales que Mauricio o que Mauricio
es igual a ellos, cuando hay abismales diferencias.
Por ella y por ese medio millón
de pobres de Quintana Roo mi voto será para combatir a quienes hoy han
convertido a tantas comunidades un triste reflejo de las consecuencia del saqueo y la corrupción.
Por ella, que no se si algún día la vida nos lleve encontrarnos decirle de frente mi indignación y por ella y las miles de mujeres que se encuentran hoy en esta misma condición es escribo estas líneas.
Porque quien no es capaz de sentir dolor en la miseria
ajena no merece dirigir Quintana Roo.
Por Ustedes, por los que su voz y
necesidades son ignoradas, es que me he manifestado y sostengo que mi voto es
libre, razonado y no es secreto; votaré por Carlos Joaquín y lo haré para
exigir que lo que hoy es una promesa en
campaña cuando sea Gobernador lo transforme en realidad y acciones. Para que en seis años puedan estas personas decidir
sin que el hambre y una despensa les siga aplastando sus derechos.
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