martes, 1 de marzo de 2016

“La disciplina en el PRI de Quintana Roo”


Debo aclarar que me referiré en esta ocasión exclusivamente al Estado de Quintana Roo, en donde se ha utilizado la “disciplina partidista” para denostar a algunos militantes. 

 Pareciera que cuando se evoca la palabra disciplina dentro del Partido Revolucionario Institucional sirve como medio para amedrentar o acallar supuestas insubordinaciones para con esto desterrar a cualquiera que tenga opinión diferente de quien en ese momento ostente la titularidad de una dirigencia. 

 Esta palabra, se ha convertido en un tópico y con su frecuente mal uso ha caído en un desprestigio, alejándose por completo de su real significado. De acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española, la disciplina es la doctrina o instrucción de una persona y también puede entenderse como la observancia de las leyes y ordenamientos. Entonces, el ser indisciplinado es no cumplir la observancia de las leyes o de los ordenamientos que, en este caso son los que rigen al interior del PRI. 

Partiendo de esto, la pregunta es ¿Quiénes son indisciplinados? Para esto hay que leer (aunque muchos militantes, dirigentes y hasta representantes populares no lo hacen) la Declaración de Principios: “Un México Compartido”. 

Por citar algunos ejemplos, en esta declaración de Principios dice que el PRI es un Partido Político comprometido con la observancia de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Sin embargo la Constitución en el artículo 6 señala que el Estado garantizará la libre expresión de las ideas, lo cual en Quintana Roo dista mucho de realizarse. En los últimos once años ha habido una persecución a los medios de comunicación por parte del el Gobierno Estatal emanado del PRI el cual manda encarcelar y amenazar a periodistas que osan utilizar este legítimo derecho. 

Señala también, ser un partido que se pronuncia por establecer un compromiso urgente, integral y participativo en favor de la protección al medio ambiente y desarrollo sostenible, sin embrago, basta ver el caso Dragón Mart, Tajamar, Punta Nizuc por mencionar solo unos cuantos ejemplos para comprobar lo lejos que las autoridades Estatales emanadas del PRI se están de su cumplimiento. 

Se pronuncia el PRI, por un Estado que abata la corrupción y erradique la impunidad, promoviendo la transparencia y rendición de cuentas, mientras tanto Quintana Roo es el lugar número uno en impunidad, no existe transparencia en las cuentas públicas y ocupa el lugar 21 de 32 en materia de transparencia y como caso digno de mención en el Municipio de Solidaridad que durante el periodo de 2010 a 2013, donde desaparecieron más de 300 millones de pesos , la constante negativa a dar una rendición de cuentas en el manejo del Impuesto al Hospedaje y sigue sin quedar claro el destino del dinero obtenido de los múltiples préstamos contraídos por las dos últimas administraciones del Gobierno Estatal que nos tienen como segundo Estado de la República más endeudado y el primero en deuda per cápita. 

Además, en la declaración de principios está promover el empleo digno y el respeto a los derechos laborales y de organización de los trabajadores pero los salarios de la zona maya y el sur de Quintana Roo están lejos de ser dignos, existe ausencia de productividad y no hay programas estatales de impulso real al empleo y hablando de respeto a la organización de trabajadores por sólo citar un caso recordemos la persecución y amenazas a los maestros que en 2008 pretendieron formar un Sindicato, aunque en este momento los del SITEQROO olvidaron muy pronto esta represión. 

 El PRI exige un Estado comprometido con el combate a la pobreza que ofende la dignidad humana, actualmente el único programa Estatal convierte a los pobres en pepenadores ofreciendo comida a cambio de basura reciclable (cuyo origen, destino y utilidad nunca ha sido aclarado).

 La doctrina priísta se pronuncia por una sociedad en donde la equidad de género sea una realidad, hace apenas unos meses, los legisladores locales del PRI promovieron una ley retrógrada en materia de equidad y pretendieron eliminarla en la elección de Ayuntamientos (la tuvieron que volver a reformar por instrucción del CEN), tenemos un Instituto de la Mujer que no se ha pronunciado por las muertes de mujeres en la zona norte, que guarda silencio ante la denuncia de trata de blancas y un Estado que pretende negar los feminicidios. Tenemos un Gobierno donde no hay un sola Presidenta Municipal y en el Gabinete Estatal sólo la Secretaría de Turismo es ocupada por una mujer que, por cierto, salieron a la luz audios con comentarios misóginos en su contra y ni el ONMPRI, ni las legisladoras salieron en su defensa. 

 Se reconoce en los principios básicos, la libertad de conciencia de los individuos, la libertad de asociación y la libertad de expresión. Pero la Dirigencia Estatal del PRI expulsa a militantes si estos comparten simpatía con algún líder “no grato”. 

 Y la lista puede seguir, pero con esto es suficiente para preguntar ¿amerita la expulsión del Partido la indisciplina? Sin duda así debe ser pero ¿quiénes son los indisciplinados? Es indisciplinado quien no cumple con la doctrina, quien vulnera los principios básicos, entonces ¿puede existir un “primer priísta del Estado” que ignore sistemáticamente la doctrina del Partido en el que milita? 

Creo que han confundido el significado de las palabras, pues cuando en el PRI de Quintana Roo te dicen que no eres disciplinado en realidad quieren decir que no eres servil, ni adulador, ni sumiso, ni zalamero. Y aunque suene disparatado actualmente ser servil y no tener dignidad para este grupo es una virtud. 

 Layla Flores

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